DÍA INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS DE LA MUJER , 8 DE MARZO
¿Y si un mundo más femenino no fuera una utopía, sino una necesidad? Al reequilibrar los valores de la cooperación, la intuición y la empatía con los de la acción y la racionalidad, ¿podríamos construir una sociedad más armoniosa y alineada con las necesidades humanas y ambientales?
Escrito por TINA - Marzo de 2025
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LO QUE ESTÁS A PUNTO DE DESCUBRIR
- El origen del 8 de marzo , una fecha que nace de las luchas de las mujeres por la igualdad y el reconocimiento de los derechos de las mujeres en todo el mundo.
- La noción de lo sagrado femenino , una energía universal que atraviesa culturas y tradiciones espirituales.
- El papel del yoga en el despertar de lo sagrado femenino , ofreciendo un espacio para la reconciliación y el equilibrio interior.
- Las prácticas y posturas que despiertan esta energía , inspiradas en los ciclos naturales y el simbolismo del cuerpo.
- 8 de marzo, jornada de movilización , donde la lucha por los derechos fundamentales de las mujeres sigue en el centro de las reivindicaciones.
- Un himno al poder y la resiliencia , que celebra el poder adaptativo y transformador de las mujeres a lo largo de la historia.
- Un mundo más femenino, ¿una necesidad?, reflexión sobre el equilibrio entre lo femenino y lo masculino para un futuro más armonioso.
- "¡Echemos un vistazo!"

EL ORIGEN DEL 8 DE MARZO: UN DÍA NACIDO DE LAS LUCHAS DE LAS MUJERES
El Día Internacional de la Mujer, que se celebra anualmente el 8 de marzo, tiene sus raíces en los movimientos obreros y feministas de principios del siglo XX . Su historia está marcada por las reivindicaciones de las mujeres por mejores condiciones laborales, igualdad de derechos y el derecho al voto.
Los orígenes oficiales de este día se remontan a 1910, cuando la activista feminista alemana Clara Zetkin propuso la idea de un día dedicado a las luchas de las mujeres en la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague. Su objetivo: establecer una movilización anual para exigir la igualdad salarial, el derecho al trabajo y a la formación, así como la participación de las mujeres en la vida política.
El primer 8 de marzo se celebró en 1911 en varios países, como Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con manifestaciones que congregaron a miles de mujeres. Pero fue en 1977 que la ONU reconoció oficialmente esta fecha como el Día Internacional de la Mujer, animando a las naciones a reconocerlo e institucionalizarlo.
Este día es mucho más que una celebración: es un recordatorio de las desigualdades persistentes y un llamado a la acción. En todo el mundo se celebran manifestaciones, conferencias y movilizaciones para defender los derechos de las mujeres y promover la igualdad.
Hoy, 8 de marzo, no se trata solo de reivindicaciones sociales y políticas, sino también de recuperar el bienestar y el poder interior. Es en esta dinámica donde lo femenino sagrado encuentra su pleno significado, ofreciendo a las mujeres un espacio de arraigo y una profunda reconexión con su esencia.

LO FEMENINO SAGRADO: UNA ENERGÍA UNIVERSAL Y ATEMPORAL
Lo femenino sagrado es un concepto ancestral que abarca culturas y tradiciones espirituales de todo el mundo. No se trata simplemente de una cuestión de género, sino de una energía universal, complementaria a lo masculino sagrado. Presente en cada ser humano, esta energía simboliza la creatividad, la intuición, la fluidez, la receptividad y la conexión con los ciclos naturales.
En las tradiciones antiguas, la sagrada feminidad se veneraba a través de figuras de la Madre Tierra, diosas y arquetipos femeninos que representaban la fertilidad, la sabiduría y la protección. Sin embargo, con el tiempo y la evolución de las sociedades patriarcales, esta esencia ha quedado a menudo relegada a la sombra, dando lugar a una desconexión del cuerpo, la intuición y el poder interior de las mujeres.
Hoy, lo femenino sagrado regresa al centro de las prácticas espirituales y de bienestar, ofreciendo un camino hacia la reconciliación con uno mismo, un equilibrio entre la fuerza y la dulzura, y una profunda conexión con la verdadera esencia. Nos invita a honrar nuestros cuerpos como templos, a escuchar nuestras emociones sin juzgarlas y a abrirnos a una sabiduría más intuitiva, a menudo olvidada en el ajetreo de la vida cotidiana.
El yoga, a través de su filosofía y práctica, es una poderosa herramienta para despertar y armonizar esta energía. Al cultivar la consciencia de la respiración, el movimiento y los ritmos internos, permite una reconexión con esta profunda fuerza femenina, tan suave como poderosa.

Yoga del siglo XXI: una herramienta para despertar lo sagrado femenino
En un mundo donde el ritmo frenético y las exigencias sociales a menudo provocan una desconexión entre el cuerpo y las emociones, el yoga del siglo XXI desempeña un papel vital en el despertar de la feminidad sagrada. A través de sus posturas, respiración y filosofía, ofrece un espacio de reconciliación con uno mismo, donde mujeres (y hombres) pueden explorar, liberar y equilibrar esta profunda energía.
Un yoga más intuitivo e introspectivo
A diferencia de los enfoques rígidos o centrados en el rendimiento, muchos estilos de yoga modernos están evolucionando hacia prácticas más fluidas e introspectivas que permiten a los practicantes reconectar con su intuición y sus sentimientos. El Yin Yoga, por ejemplo, al ralentizar el ritmo y fomentar la escucha corporal, permite a los practicantes explorar emociones latentes y encontrar la armonía interior.
Posturas que despiertan la energía femenina
Ciertas asanas son particularmente poderosas para activar lo sagrado femenino .
- Las posturas que abren el corazón (Ustrasana, postura del camello, o Anahatasana, postura del corazón derretido) promueven la confianza, la apertura emocional y la autoaceptación.
- Las posturas de conexión a tierra y fluidez pélvica (Malasana, la postura de la guirnalda, o Supta Baddha Konasana, la postura de la mariposa reclinada) estimulan la energía creativa y ayudan a reconectarse con las propias raíces.
- Las prácticas lunares, como Chandra Namaskar (el saludo a la luna), nos invitan a honrar los ciclos naturales y cultivar un equilibrio entre la acción y la receptividad.
Un regreso a los ritmos naturales y a la energía cíclica.
En consonancia con las tradiciones ancestrales, el yoga contemporáneo incorpora cada vez más la noción de los ciclos femeninos, animando a las mujeres a adaptar su práctica según las fases de su ciclo menstrual, las estaciones o las energías lunares. El Yoga Hormonal, desarrollado por Dinah Rodrigues, es un ejemplo concreto de una práctica destinada a equilibrar el sistema hormonal femenino, promoviendo el bienestar físico y emocional.
Pranayama y meditación para cultivar lo sagrado femenino
Más allá de las posturas, las prácticas de respiración y meditación son esenciales para despertar esta energía .
- La respiración lunar (Chandra Bhedana) ayuda a calmar la mente y aliviar la energía yang, a menudo dominante.
- La meditación en el chakra sacro (Svadhisthana) te permite reconectarte con tu energía creativa y sensualidad interior.
- Los mantras y cánticos sagrados, como los dedicados a las diosas hindúes (Shakti, Durga, Lakshmi), ayudan a activar y nutrir esta fuerza interior.
Una búsqueda de equilibrio entre lo femenino y lo masculino interior
El yoga del siglo XXI busca no solo glorificar la sagrada feminidad, sino armonizar las dos polaridades presentes en cada uno de nosotros: la femenina (intuitiva, fluida y receptiva) y la masculina (estructurante, activa y lógica). Este enfoque holístico nos permite encontrar un equilibrio interior, donde la acción se combina con la intuición, la fuerza con la delicadeza y la disciplina con la libertad.
En un mundo que a menudo valora la productividad y la racionalidad, el yoga moderno nos recuerda que volver a lo esencial también implica la escucha, la gentileza y la reapropiación del poder interior , pilares fundamentales de lo sagrado femenino.

8 DE MARZO, UN DÍA DE MOVILIZACIÓN ANTE TODO
El Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, no se centra principalmente en el poder interior ni en el autocuidado, sino en la lucha por la igualdad de derechos, la justicia y el empoderamiento de las mujeres en todo el mundo. Su esencia reside en reconocer las desigualdades persistentes, denunciar la violencia de género, exigir derechos fundamentales (educación, autonomía económica, acceso a la salud, representación política, etc.) y celebrar los avances logrados por los movimientos feministas.
Un día de movilización ante todo
Históricamente, el 8 de marzo ha sido un día de acción colectiva más que una celebración individual. Se caracteriza por manifestaciones, conferencias e iniciativas destinadas a sensibilizar a la población sobre las desigualdades persistentes y promover un mundo más equitativo. El enfoque se centra en:
- Igualdad salarial y de oportunidades profesionales
- El derecho a la seguridad y la justicia frente a la violencia de género
- Educación y empoderamiento económico de las mujeres
- Acceso a la salud y derechos reproductivos
- Visibilidad y reconocimiento de las contribuciones de las mujeres en todos los ámbitos
Poder interior y autocuidado: una reapropiación del yo
Aunque el autocuidado y el poder interior no son los pilares de este día, pueden verse como herramientas de resistencia y emancipación. En un mundo donde las mujeres suelen verse abrumadas por múltiples roles (familiares, profesionales y sociales), dedicarse tiempo a sí mismas y honrar su cuerpo y mente se convierte en un acto de activismo.
Lo sagrado femenino, en conexión con el yoga, se integra así en esta perspectiva: brindar a las mujeres un espacio para reconectar con su fuerza interior , su intuición y su bienestar. Si bien el 8 de marzo destaca las reivindicaciones sociales y políticas, también recuerda la importancia de emanciparse en todos los niveles, incluyendo el personal, el espiritual y el emocional.
Un día de compromiso, pero también de celebración
Por lo tanto, esta fecha es tanto un recordatorio de las luchas pasadas y presentes como un himno al poder y la resiliencia de las mujeres. Celebrar la sagrada feminidad a través del yoga el 8 de marzo puede ser una forma de honrar el legado de estas luchas y, al mismo tiempo, cultivar la conexión personal. Es en este equilibrio entre la acción colectiva y la afirmación individual donde reside el verdadero significado de este día.

UN HIMNO AL PODER: QUÉ SIGNIFICA
El 8 de marzo no es solo un día de lucha y reivindicaciones, sino también una celebración de la fuerza, el coraje y la resiliencia de las mujeres a lo largo de la historia y en todo el mundo. Detrás de cada lucha por la igualdad, de cada derecho duramente conquistado, hay mujeres que han demostrado una determinación inquebrantable, capacidad de adaptación y un inmenso poder transformador.
El poder femenino: un motor de cambio
El poder de las mujeres no se limita a la fuerza física ni al éxito profesional. Es una fuerza plural que se manifiesta en:
- El coraje de romper las normas y hacer oír tu voz, incluso en sociedades donde las mujeres son silenciadas.
- El instinto protector y la solidaridad, que unen a generaciones enteras en la transmisión de conocimientos, valores y cultura.
- Creatividad e innovación, que permiten a las mujeres superar obstáculos y proponer nuevas perspectivas, ya sea en la ciencia, el arte, la espiritualidad o el compromiso político.
A lo largo de la historia, este poder ha tomado muchas formas: sufragistas que lucharon por el derecho al voto, trabajadores que exigieron mejores condiciones, activistas que denunciaron la violencia de género y líderes espirituales que transmitieron la sabiduría ancestral.

UN HIMNO A LA RESILIENCIA DE LAS MUJERES: QUÉ SIGNIFICA
Resiliencia: La capacidad de renacer y seguir adelante.
La resiliencia femenina es la capacidad de resurgir tras los desafíos , de transformar el dolor en fuerza y de reconstruirse a partir de las cenizas de la injusticia. Es la fuerza de las mujeres que, a pesar de la discriminación, la violencia o la opresión, siguen adelante, creando, construyendo e inspirando.
Se observa en:
- Mujeres que se reinventan tras desafíos personales o sociales, como las que han sobrevivido a conflictos, desastres o violencia y que, a pesar de todo, reconstruyen sus vidas.
- Movimientos de hermandad que permiten a las mujeres apoyarse mutuamente , ayudarse entre sí y crear espacios para escuchar y sanar.
- Adaptabilidad y transmisión, que implican que, a pesar de los desafíos, las mujeres seguimos moldeando sociedades, educando, transmitiendo valores de humanidad y resiliencia .
¿Cómo honra el yoga este poder y resiliencia?
El yoga, como disciplina física, mental y espiritual, ofrece herramientas para cultivar esta fuerza interior y la capacidad de transformación. Enseña que el verdadero poder no reside en la dominación, sino en la conexión a tierra y el autoconocimiento.
- Las posturas de apertura y conexión a tierra (como Virabhadrasana, la postura del guerrero, o Ustrasana, la postura del camello) nos recuerdan que la fuerza reside tanto en la estabilidad como en la vulnerabilidad aceptada.
- La meditación y el pranayama ayudan a cultivar la resiliencia mental frente a los desafíos, aprender a respirar durante las tormentas y mantener un espacio de claridad interior.
- Escuchar el cuerpo y las emociones permite a las mujeres no luchar más contra sí mismas, sino transformar su energía en un poder consciente y equilibrado.
Una celebración de la mujer en todas sus dimensiones
El 8 de marzo es, por tanto, un día para honrar a quienes han abierto el camino, pero también a quienes, día a día, encarnan esta fuerza y resiliencia, ya sean madres, activistas, emprendedoras, artistas, profesoras, deportistas, curanderas o simplemente personas anónimas que cambian el mundo a su manera.
Al celebrar esta fecha a través del yoga y reconectar con lo sagrado femenino, no se trata sólo de reivindicar derechos, sino también de honrar esta fuerza universal que atraviesa generaciones y culturas , y que continúa, a pesar de los obstáculos, iluminando el mundo.

¿SERÍA MÁS RELEVANTE UN MUNDO MÁS FEMENINO?
Un mundo más femenino no significa un mundo gobernado por mujeres, sino un mundo donde los valores de la intuición, la cooperación, la empatía y el respeto por los ciclos naturales estén más plenamente integrados en nuestros modelos sociales. Hoy en día, el predominio de los valores patriarcales —la competencia, la hiperproductividad, la racionalidad excesiva— ha provocado un desequilibrio visible en la explotación de recursos, una sobrecarga mental y estructuras de poder rígidas.
Un equilibrio entre lo femenino y lo masculino nos permitiría:
- Devolver la escucha y la inteligencia emocional al centro de las decisiones políticas y económicas.
- Favorecer la cooperación sobre la competencia, promoviendo soluciones colectivas sostenibles.
- Valora la intuición y la creatividad tanto como la lógica y la estrategia.
El yoga enseña este equilibrio integrando el yin y el yang, la energía solar y lunar, y recordándonos que el verdadero poder reside en la armonía de las fuerzas opuestas . Prácticas como el Hatha Yoga, la meditación y el pranayama nos reconectan con esta dualidad esencial.
Lejos de ser una utopía, la integración de las cualidades femeninas es una necesidad para construir un mundo más alineado con las necesidades humanas y ambientales, donde la amabilidad y la intuición ya no sean percibidas como debilidades, sino como activos indispensables.
¡Gracias por esta reflexión sobre el equilibrio del mundo! Que la unión de lo femenino y lo masculino nos guíe hacia una mayor armonía, sabiduría y transformación.
MENTE SANA, VIDA SANA
Biografía de TINA
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TINA
1994, Isla Reunión, Mauricio, una vida llevada por el Océano Índico y el Yoga
Desde niña, esta intrépida viajera ha recorrido el mundo, dejando sus huellas en playas de todo el mundo.Apasionada del surf, el buceo y la vela, ha hecho de los océanos su patio de recreo y fuente de inspiración.
La libertad de las olas, la serenidad de las profundidades oceánicas y el viento en sus velas han marcado su recorrido, siempre guiado por la búsqueda de conexión con la naturaleza.
Fue a través de sus exploraciones que el yoga se convirtió para ella en algo más que una práctica: fue una forma de vida.
Entre las sesiones de surf a primera hora de la mañana y los atardeceres meditativos, encontró en el yoga un equilibrio perfecto entre fuerza, fluidez y autoconciencia.
Hoy, combina su pasión por los deportes acuáticos con la enseñanza del yoga y forma parte del equipo de Yogaterrae, aquí en Francia, en el suroeste y, a menudo, de forma remota :)
Este aventurero es una verdadera fuente de inspiración para todo aquel que aspire a vivir en armonía con su cuerpo y la naturaleza.
A través de sus relatos de experiencias increíbles, invita a todos a abrirse a un mundo donde cada ola, cada respiración y cada postura es una celebración de la vida.